La ira, la bronca o la angustia que se mantiene en el tiempo, se puede transformar en depresión. ¿Cuándo nos damos cuenta que estamos entrando en ese estado tan complicado? Veamos varias alarmas que tenemos que tener en cuenta:
1.DEMASIADA SERIEDAD
¿Te has vuelto demasiado serio/a? La seriedad se nota en la cara y en las actitudes corporales. No es que siempre fuiste así, te has vuelto así. Es como decirse a uno mismo: “no sé que gracia le encuentran a la vida cuando es tan amarga”.
2. ESCRUPULOSO
Los escrúpulos son las dudas o inseguridad que siente una persona ante una decisión. Muchas veces se quedan trabadas sin saber qué hacer. Aunque tener escrúpulos es algo sano en el sentido de no tomar decisiones a la ligera, la persona con rasgos de depresión está totalmente indecisa, estancada en cuanto lo que es bueno o malo para hacer.
3. POCO HUMOR
Ya no se pueden compartir tiempos buenos con la persona en depresión porque no está dispuesta a reírse, a hacer chiste sobre sí misma, o a aceptar los chistes de otros. La risa se ha escapado, hace mucho que no se ríe a carcajadas porque no encuentra ningún motivo de risa. La tristeza lo apagó, lo desenchufó de las cosas positivas y hermosas que tiene la vida como por ejemplo pasar un buen rato de alegría con familiares o amigos.
4. POCA IMAGINACIÓN
Este es otro rasgo de la depresión, la falta de salidas, de ideas, de buscar maneras de mejorar. Siempre se da vueltas sobre el mismo tema. No se encuentran maneras de expresar lo que se siente, por lo tanto se entra en confusión e impotencia. Eso traba la mente y el alma para encontrar una solución, una luz al final del túnel.
5. GRAN CAPACIDAD DE INQUIETUD Y PREOCUPACIÓN.
La persona depresiva vive ansiosa, preocupada. Su mejor don es saber preocuparse. Se preocupa antes, durante y después del acontecimiento. Entra en ansiedad por lo que pasa, por lo que pasó y por lo que podría haber pasado.
Nunca es suficiente la cantidad de preocupación, siempre parece haber más.
Este comportamiento lo lleva a juzgar a los demás como despreocupados, negligentes, sin corazón. El depresivo es muy crítico con las demás personas porque no llegan al grado de preocupación que ellos tienen de las cosas.
La Biblia dice:
“Devuélveme la alegría otra vez;” Salmo 51:8
¿Puede Dios devolverte la alegría, las ganas de vivir, el equilibrio emocional? ¡Por supuesto! Sólo es necesario acercarse a Él sinceramente para expresarle lo que sientes y cómo lo sientes para que Él comience a obrar sanidad en tu alma. ¡Hacelo ahora y Él te escuchará!
No te pierdas la próxima entrada donde hablaremos más de este tema apasionante.
Reblogueó esto en La Habitación de Brunnoy comentado:
Me encanta, lean este post es de mucha ayuda.
Me gustaMe gusta
Estos post de clasificación y rankings te salen geniales… Siempre fiel a tu blog 😛 saludos de Lima
Me gustaMe gusta